La mentira como tal no es un delito, sin embargo está inmersa en varios delitos como la estafa, la falsedad en documentos -públicos y privados-, la falsificación de moneda, el fraude procesal, la celebración indebida de contratos, etc., por regla general, cada vez que un delito incluye una mentira se le llama fraude.
El delito puede basarse en una tendencia a decir mentiras, en la criminología, una persona que suele acudir a las mentiras, tiene una propensión a realizar estafas.
Pero ¿por qué la gente tiende a decir mentiras? hay varias teorías sobre ello, la primera es como lo expone la psicología individual, y es el delito por complejo de inferioridad. De acuerdo con los parámetros de la sociedad moderna, existen unos estándares de belleza, de poder, de economía, de familia, de origen, que hacen aparecer una exigencia hacia el individuo de poder cumplir con dichos estándares. Al no poder cumplir con dichos parámetros se buscan alternativas para lograrlo, así pues, se acude a la mentira para ocultar los defectos, maximizar virtudes y lograr alcanzar dichos parámetros, y entre esas alternativas se encuentra la mentira, el engaño y el delito.
Otra teoría es el de las subculturas, en ella, un grupo de personas con un mismo objetivo común, pueden generar una interacción social, contraria al derecho, y de ahí que se organicen en empresas criminales tendientes a estafar o a defraudar a terceros, a partir de unos acuerdos que contienen un mismo modus operandi basado en una mentira, que es repetida por todos los miembros, cada vez que ejecutan un fraude.
Desde el psicoanálisis, se ha planteado de que existen delincuentes pre sociales y delincuentes asociales, los primeros, son los que tienen un superyó muy débil, y tienden a no tener compromiso y a ser totalmente irresponsables, estas personas usan el engaño para favorecerse a sí mismos en cualquier situación, son como niños sin criterio que pueden mentir sin importar a quienes afectan. En el caso de los delincuentes asociales, son aquellos que tienen un superyó delincuente, es decir, el delito es su forma de vida y su trabajo, por tanto, el superyó los impulsa a cometer delitos, en vez de restringirlos, así que pueden ejecutar un fraude a través de mentiras sin ningún remordimiento, pues de eso depende su éxito como delincuente.
Otra teoría, plantea que los mentirosos son personas que crean una realidad alternativa e irreal, porque no soportan su verdadera vida. La mentira es la forma de lidiar con su vida disonante, y por ello comienza a crear una imaginaria para poder aliviar su sufrimiento. Desde esta perspectiva, esta persona comienza a confundir la realidad con la fantasía, y comienza a tener problemas con las demás personas, inicialmente discusiones, riñas y peleas, pero luego, comienzan las estafas y los fraudes y comienza a complicarse el panorama. Esta teoría explica mucho el problema de los agresores de familia y las riñas.
Uno de los casos más emblemáticos de las mentiras, son la de los delitos contra la administración pública, los delitos de corrupción o delitos de poder o de cuello blanco. En ellos podemos encontrar que una persona, con poder y bien educada, utilizar su conocimiento para engañar para realizar un acto de corrupción. El corrupto tiene un patrón muy particular, por regla general utiliza a otros para realizar sus hechos, para no aparecer como responsable (primer engaño), y organiza toda la logística para hacer ver un acto de corrupción, como un acto legal (segundo engaño), y cuando el hecho va a ser investigado o revisado por las autoridades de control, hace lo propio para ocultarlo, distorsionarlo o modificarlo, a través de pruebas falsas (tercer engaño). Y cuando va a juicio, tiende a negarlo todo con elocuencia y convicción (cuarto engaño), aquí el corrupto crea su propia realidad paralela, donde el es inocente, el fue el que se sacrificó por otros, y el es la victima de un sistema injusto, donde hay más poderosos que él, que hacen lo mismo y no les pasa nada.
La mentira es un acto antiético y desleal, que justifica u oculta conductas graves que pueden considerarse delitos, generando una distorsión en la consciencia, haciendo pasar por bueno, las cosas que realmente son malas, muchos delitos surgen de esa distorsión.
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