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sábado, 1 de julio de 2017

RESPONSABILIDAD POR CIRUGÍAS ESTÉTICAS: CASOS PRÁCTICOS.

CASOS PRÁCTICOS CIRUGÍAS ESTÉTICAS:

Debes leer las siguientes lecturas antes de analizar cada uno de los casos. Las lecturas te brindarán elementos de juicio para analizar jurídicamente los casos que se transcriben a continuación.

LECTURAS OBLIGATORIAS:
        1.       Lectura:  La responsabilidad médica en las cirugías estéticas.
        2.       Lectura: caso de Jessica Cediel.
        3.       Lectura: El consentimiento informado en las operaciones estéticas.

CHARLAS OBLIGATORIAS: 
         1.       Charla sobre el consentimiento informado:
         2.        Charla sobre la valoración sobre la responsabilidad médica:

CASOS A RESOLVER:

CASO 1.

“En agosto tuve la primera cita con él en la Clínica Oftalmológica de Córdoba, que hace cirugías ambulatorias para ojos, y cuando yo llegué no me atendió en un consultorio sino en una habitación. Me dijo que necesitaba abdominoplastia y liposucción y que la grasa resultante me la inyectaba en las nalgas. El 9 de diciembre de 2011 me citaron a las 10 a.m., pero me llamaron para decirme que llegara a las 2 p.m. a la clínica. Al otro día una parte del ombligo estaba roja y luego se empezó a inflamar. Al tercer día me hinché tanto que no se me veían los ojos. Me desmayé, tuvieron que llevarme por urgencias al hospital de Montería, donde me hicieron tres transfusiones de sangre y tenía un edema. Parecía una persona ahogada de lo hinchada que estaba. Yo era alérgica a la penicilina y él sabía, pero en urgencias descubrieron que me había dado un medicamento con ese componente. Empezaron a hacerme curaciones y drenajes, porque me salían bombas de agua por el cuerpo. Al día 18 ya estaba llena de líquido. Salía un olor fétido y sentía que me estaba pudriendo por dentro. Mi hermana me vio la herida y la tenía completamente abierta. Tomaron muestras de la herida y tenía dos bacterias. Me hicieron cuatro intervenciones para remover el tejido podrido y cuando vi la herida por primera vez pensé que me tenía que ahorcar. Me mandaron donde un nefrólogo y de ahí en adelante fueron nueve meses de recuperación en casa. Me echaban tres cremas a diario, tomaba ocho antibióticos todos los días y por eso se me cayeron los dientes. En los brazos ya no me cabía una puya más, entonces me las ponían en el cuello. Se me dañó el pelo, el cuerpo no aguantaba, me desmayaba, me caía. Me limpio el hueco con aplicadores y siento una puñalada en la propia vulva y no sé por qué será eso. Hay días en los que me siento desganada, me deprimo, me canso. Si pudiera retroceder el tiempo, no me operaría. Tengo un hueco en la barriga, en la parte de arriba no siento nada y a veces me meto puyitas para ver si despierta. Sacando cuentas, mi hermana se gastó como $80 millones. Me paran en la calle y me dicen: ‘Tú eres la muchacha del hueco’. Y como tengo huecos en todas partes, en la boca y en la barriga, ya le saco el chiste porque hemos llorado mucho”[1].

Preguntas:
¿Cómo se configura una responsabilidad médica por alergia a medicamentos?
¿Cómo se configura una responsabilidad médica por bacterias hospitalarias luego de una cirugía?

CASO 2.

“Fui sólo para corregirme el abdomen, porque después de mis dos embarazos había quedado muy flácido. Cuando llegué a su consultorio me dijo que me iba a hacer, además de la lipectomía abdominal y la corrección de una hernia que tenía, mamoplastia de aumento y lipólisis láser en todo el cuerpo. En el consultorio, él tenía una biblia y, como yo soy cristiana, eso me dio más confianza. Me dijo que me iba a colocar prótesis Refinex, que son americanas y que duraban para toda la vida. El 23 de abril de 2014, cuando llegó el momento de la cirugía, me pareció que el sitio donde me iban a operar era como el cuarto de una casa; no era la Clínica del Country, pero tampoco un garaje. El doctor me citó a las 7 a.m. y llegó a las 11 a.m., muy afanado porque venía de Villavicencio, de otra operación. Abrió una maleta que traía con todos los instrumentos quirúrgicos envueltos en esparadrapo y eso fue raro, poco profesional. Después de la cirugía me desperté y tenía los senos gigantes, el pezón estaba arrugado, como una tela que se encoge, y sus contornos irregulares y alargados, tenía un seno más grande que el otro, y me sentía los bordes de la prótesis izquierda. Pasaron cinco meses y yo seguía deforme y con mucho dolor en un seno. Con mi esposo decidimos consultar a un cirujano reconstructivo. Cuando él me vio dijo que no había ninguna prótesis de por vida y que las mejores duran máximo 10 años. Le mostré el certificado de las mías y me dijo que no las conocía, que eran chinas, que aguantaban apenas tres años y eran las más baratas del mercado: cada una valía 250.000 pesos. El 8 de enero de 2015 me volví a operar y el nuevo doctor descubrió que el músculo estaba cercenado y una de las prótesis, la que me dolía, estaba al revés. Me dañó las glándulas mamarias, tengo que usar prótesis de por vida y perdí la sensibilidad completa del seno izquierdo”[2].

Preguntas:
¿Existe autopuesta en peligro de la víctima cuando advierte que no existen condiciones mínimas para practicar una cirugía?
¿Cómo se configura la responsabilidad médica por la mala calidad de una prótesis?

CASO 3.

“En el 2011 estaba buscando una cirugía de senos porque no me gustaba la forma de los míos. En ese proceso me encontré con Rodolfo Chaparro. Me cité con él en la Clínica Nova y me dijo que me hiciera mamoplastia de aumento y también una lipoescultura. Le pregunté si era plástico y me dijo que no, pero tenía cursos de estética en Brasil. Le dije que no me operaba sino era con un plástico y él me respondió que iba a estar Juan Camilo Arango, que sí lo era. Programamos la cirugía para el 18 de abril de 2011. Ese día me recibió Chaparro, pero salí de la cirugía sin conocer a Arango. Ya en mi casa una masajista notó una inflamación roja a los costados del abdomen. Arango respondió que era una reacción alérgica a la faja o una quemadura. Seis días después de la cirugía me salieron unas bombas de agua en los flancos del cuerpo, justo donde estaba colorado. Me explotaron las bombas, pero yo me sentía mal: mareada y con dolor de cabeza. La semana siguiente me llevaron a urgencias, me tomaron muestras y se dieron cuenta de que tenía una infección muy delicada y estaba anémica, entonces me hospitalizaron. Me puse peor y me llevaron a la UCI (Unidad de Cuidados Intensivos), donde me hicieron transfusiones de sangre. En ese momento me estaba yendo, me estaba muriendo, me caí y quedé inconsciente. En algún momento me desperté, pero no podía hablar porque estaba intubada. Y luego, me dio una falla orgánica múltiple con fallas de corazón, hepática, renal y respiratoria. Estuve alrededor de un mes en la clínica, otros 15 días de hospitalización domiciliaria y arrancó un proceso de curación de heridas en el que tenía que ir dos veces por semana durante casi un año. Me vieron seis especialistas: inmunólogo, reumatólogo, internista, infectólogo, dermatólogo y otorrino, porque me dio tinnitus, un zumbido en el oído todo el tiempo. Yo no dormía y sentía que me estaba enloqueciendo. La Dirección Seccional de Salud de Antioquia encontró en 2012 irregularidades en la clínica, como anomalías en mi historia clínica, no tenían habilitado servicio de esterilización, ni de hospitalización y el médico no estaba en capacidad para trabajar. Hoy, tengo una deformidad en los senos y no sé si pueda lactar porque me afectó el pezón. No me puedo poner un vestido de baño normal por las cicatrices, ni me siento cómoda con mi cuerpo. Pasé los primeros tres años en depresión. Todavía me representa un montón de gastos y saber que este fue mi regalo para el cumpleaños número 27”[3].

Preguntas:
¿Cómo se configura la responsabilidad médica por riesgos surgidos luego de la operación?
¿Cuál es la responsabilidad del médico por falta de condiciones mínimas del hospital para realizar una cirugía?
¿Cuál es la responsabilidad del hospital por no tener las condiciones mínimas para atender un paciente en cirugía?

CASO 4.

“Todo comenzó por creerle a un descuento. Vi la promoción en una publicidad de Cuponatic que decía: “Cirujano plástico hace mamoplastia en 3 millones de pesos”. Me llamó la atención que esa página lo patrocinara y me dio confianza. Cuando llegué al consultorio vi que era miembro fundador de la Asociación Colombiana de Cirugía Plástica Estética y tenía diplomas. Yo soy contadora y no iba a detectar que la “asociación” era de esteticistas y la “sociedad”, de cirujanos plásticos. No supe en qué momento me dejé convencer y me cogió a quemarropa diciéndome que me iba a hacer lipectomía, liposucción y senos. Lo hice, también, porque me sentía explotada en el trabajo, poco valorada, yo sólo trabajaba y quería hacer algo por mí. Me pongo a recapitular y pienso en que no necesitaba ninguna cirugía. De hecho, mucha gente no sabe que yo me operé, porque toda mi vida he sido flaca. Llegó el día de la cirugía y estaba muy nerviosa, pero eso sí me tramó con el cuento de que creía en Dios y oramos. Cuando salí, me quería morir. En los senos sentía unos elefantes, los veía muy pegados y deformes y la cicatriz era fea, porque se me levantó la piel. En la barriga había un hueco, me cabía un dedo, porque no me había amarrado bien los músculos y me quedó un bulto donde siento punzadas. Después hice algo de lo que me arrepiento toda la vida y fue recomendarle a mi jefe para que se hiciera una reducción de senos con Sales Puccini. A Esperanza, mi jefe, la operó dos veces y a ella le fue muy mal porque finalmente se los tuvieron que amputar. A mí de todo esto me duele esa parte, porque por culpa de esto nuestra amistad cambió. Fui a donde otro cirujano y le dije que me sacara esas prótesis porque no quería saber de un quirófano nunca. Él me reconstruyó en febrero de 2015, me las sacó y me puso otras. Ya jamás en mi vida me vuelvo a hacer algo”[4].
Pregunta:
¿Qué responsabilidad le cabe a un cirujano estético cuando genera una deformidad en el cuerpo de su paciente?



[1] BAENA JARAMILLO, María Paulina. EL ESPECTADOR. Las mujeres que se atrevieron a mostrar sus cicatrices por cirugías plásticas mal hechas. Que se encuentra en la siguiente página web: http://www.elespectador.com/noticias/salud/mujeres-se-atrevieron-mostrar-sus-cicatrices-cirugias-p-articulo-641162 , revisado el 7 de Julio de 2016.
[2] Ibíd.
[3] Ob. Cit.
[4] Ob. Cit.

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