LA ECONOMÍA DEL CRIMEN.
La economía es una de los
factores sociales que tiene más influencia en la criminalidad, ya que por regla
general la mayoría de los delitos tienen un fin económico de parte de quién lo
realiza, esto es claro en delitos contra el patrimonio económico, los delitos
de corrupción pública y privada, los delitos de narcotráfico, donde las bandas
criminales tienen un claro ánimo de lucrarse.
También hay que decir que no
todos los delitos dependen del ánimo de lucro, pues existen otra gran mayoría
que dependen de las emociones del delincuente, como son los delitos que se
producen por ira, depresión, lujuria o envidia, en los cuales, la motivación es
propia del estado de ánimo de la persona. Igualmente, los delitos culposos como
los accidentes de tránsito, no son motivados por algún aspecto económico por
regla general, a excepción de los delitos cometidos en ejercicio de la
medicina, donde el médico puede estafar al paciente para hacerle un
procedimiento, sin que sea necesario, o que el médico no sea experto en el
procedimiento.
El tema que se va a
desarrollar, es el análisis económico del delito desde varias perspectivas,
advirtiendo que no en todos los casos es aplicable.
LA ECONOMÍA COMO FACTOR
SOCIAL DE LA DELINCUENCIA.
La situación económica de una
sociedad influye en la comisión de los delitos, y ello es claro, cuando
situaciones como la pobreza, la falta de empleo y de oportunidades, y la falta
de necesidades mínimas para vivir, crean un ambiente hostil para los seres
humanos que terminan haciendo cualquier cosa para sobrevivir, y ello no
significa que cualquier cosa signifique necesariamente un delito, pero sí es
una de las alternativas.
Así una de las teorías
sociológicas de la criminología, la de la anomía, planteó que la sociedad
expone unos parámetros de bienestar -un buen carro, buena ropa, una casa,
estudios, empresas, etc.- generando expectativas en los individuos de conseguir
esos estándares (Baratta, 2004, pag. 60). Cuando la sociedad no ofrece el
ambiente propicio o las condiciones para que todas las personas accedan a esos
estándares a través de actividades lícitas, se puede presentar el delito como
una alternativa para que aquellos que no lo logran, ya sea que se encuentren en
situaciones de pobreza, falta de educación, desempleo o falta de oportunidades (Baratta,
2004, pag. 60).
Así las cosas, esta teoría
pone de relieve que los problemas económicos en una sociedad es un factor que
motiva a la delincuencia, toda vez que una sociedad en que la riqueza se
encuentre mal distribuida, donde son unos pocos los que gozan de privilegios, y
son muchos los que se encuentran excluidos, se presentan tensiones entre los
que quieren subir y no los dejan, y los que se encuentran arriba y no quieren
bajar.
Y esto a su vez, genera una
justificación para los que delinquen, como lo señala la teoría de las
subculturas de cohen (citado por Muñoz y Hassemer, 2012. Pág. 77), pues roban
porque la sociedad es corrupta, porque no hay oportunidades, porque los pobres
no tienen derechos, y por eso hurtan a los que tienen dinero, matan a los que
los oprimen.
Así la economía se presenta
como un factor determinante para la formación de delincuentes y la creación de
organizaciones criminales, justificadas por una sociedad que funciona mal
económicamente.
Ahora bien, no todos los
delitos se pueden basar en esa teoría, pues como se mencionó los delitos que
surgen a partir de las emociones como la ira, los celos, la lujuria o la
depresión, no son producto inicialmente de la necesidad de salir de la pobreza,
pero sí pueden ser producto de hogares disfuncionales, mala formación
académica, y ambientes de violencia, que pueden estar relacionados con las
carencias económicas en la familia, las escuelas, los barrios o las zonas
rurales.
También se critica a la
teoría de la anomia el hecho de criminalizar solamente a la pobreza, cuando la
evidencia empírica muestra que los ricos también delinquen, solo que de otra
forma, como ocurre con los delitos de corrupción pública o privada. También se
debe tener en cuenta que el delincuente cuando tiene éxito deja de ser pobre, y
deja de delinquir por esa causa, aunque al seguir delinquiendo pese a no ser
pobre, justificándose en no volver a la pobreza.
En conclusión, si bien es
cierto que las condiciones económicas de una sociedad influyen en la formación
de criminales, no es el único factor determinante.
EFECTOS ECONÓMICOS DEL CRIMEN
El análisis económico del
derecho es una forma de estudiar el derecho desde un enfoque diferente en el
cual, se mira el impacto del derecho en la economía y el impacto de la economía
en el derecho (Morales, 2011).
Así entonces desde el derecho
penal, se estudia, por ejemplo, cómo protege el derecho penal a la economía, de
ciertas conductas que pueden causar grave perjuicio, como, por ejemplo, la
usura, en la que se busca el respeto al acceso a un crédito bajo condiciones
dignas y mínimas, regulado por el Estado. Igualmente, se previene el
acaparamiento, que son las maniobras fraudulentas que causan escasez en el
mercado y alteran los precios de algunos productos básicos, generando
especulación en sus precios. También se protege la economía con la captación
ilegal, que son estafas masivas, donde los captadores engañan a los afectados
proponiéndoles negocios con altos rendimientos, sin un sustento real, generando
verdaderas pirámides que luego se desploman por la inviabilidad y falta de
sostenibilidad del negocio.
En el análisis económico del
derecho también se analiza el costo beneficio de las políticas criminales, como,
por ejemplo, el costo beneficio de combatir el narcotráfico y la delincuencia
organizada que lo explota, versus su legalización y regulación. Así tendríamos
que preguntarnos, cuanto nos cuesta la guerra en contra del narcotráfico, en
vidas humanas, soldados muertos y heridos, balas, armamento y demás, versus
adoptar modelos de legalización y regulación de la venta de drogas para el
consumo.
También se puede hacer un
análisis económico del aborto en relación con la legalización, y su impacto en
la economía y para el sistema de seguridad social, luego de pasar de ser una
actividad ilegal clandestina, en un área muy particular de la salud pública y
de los derechos de género y de salud reproductiva. En el mismo sentido, habría
que analizar los impactos económicos en las familias y en las mujeres cuando se
penalizaba el delito de aborto.
Igualmente, desde la economía
se puede hacer un análisis de las penas de prisión de más de 30 años, versus
otros modelos que tienen penas de prisión de hasta 15 años, partiendo de los
costos que nos genera un recluso durante todo el tiempo en que esta recluido, y
del problema de hacinamiento que nos genera tener penas tan altas en años,
donde más son los reclusos que entran de los que salen, generando la necesidad
de construir nuevas cárceles, cuando las que hay colapsan.
También se puede hacer un
análisis del impacto económico de los delitos de cuello blanco, en comparación
con el que generan los delitos callejeros, encontrando la mayor afectación
colectiva y de valor, en los delitos de cuello blanco, por ser delitos que no
afectan directamente al individuo, sino a la entidad pública y a la efectividad
de las políticas públicas, generando serios problemas de igualdad social y
redistribución de la riqueza. Por el contrario, los delitos callejeros al
afectar directamente al individuo en su propiedad, tranquilidad, integridad
personal y vida, generan mayor reacción y repudio en la población, que demanda
mayor seguridad por parte del Estado. Así las cosas, los delitos callejeros
demandan más recursos públicos para combatirlos, pese a que con un solo delito
de cuello blanco se equipara el valor de cientos de delitos callejeros.
También desde el punto de
vista económico, el delito tiene un costo para la sociedad que lo sufre. Si en
una ciudad aumenta el número de hurtos, secuestros y extorsiones, habrá mucho
menos personas dispuestas a invertir y desarrollar negocios en esa ciudad.
Igualmente, los establecimientos comerciales tendrán que invertir en seguridad
como cámaras y personal de seguridad, lo cual es un costo adicional en la
operación del servicio. Igualmente, podrían suscribir contratos de seguros para
cubrir los riesgos en seguridad. Todo ello implica unos costos en la operación
que implican también unos aumentos en los costos de los productos y servicios
que le son transferidos a los clientes y consumidores. Igualmente, en el caso
del transporte de mercancías, las empresas transportadoras incrementan su valor
cuando tienen que transitar en zonas de alto riesgo, o simplemente no prestan
el servicio. En dichas zonas de alto riesgo por hurto, el comercio es limitado,
las mercancías llegan en menor cantidad y con menos frecuencia, y las personas
tienen que pagar un precio más alto por el transporte de la mercancía, haciendo
incluso que el precio del servicio de transporte sea superior al precio de la
mercancía. En síntesis, el delito incrementa el costo general de vida.
¿COMO SE ATACA LA ECONOMÍA
DEL CRIMEN?
El ánimo de lucro se
encuentra en la gran mayoría de crimen, en especial el crimen organizado, del
cual vale aclarar, que no solo se refiere a las organizaciones criminales
dedicadas principalmente al narcotráfico a los crímenes callejeros, sino
también a las grandes mafias que manejan la corrupción pública y privada.
Una de las estrategias para
combatir al crimen se basa en atacar sus ingresos, a través del delito de
lavado de activos, y de los procesos de extinción de dominio, en los que se
atacan los recursos provenientes de las actividades delictivas. En términos
generales se busca congelar, incautar o expropiar los dineros o las propiedades
que los delincuentes han conseguido a través del crimen.
En este sentido se han
establecidos sistemas de prevención de lavado de activos y financiación del
terrorismo, dirigidos a detectar operaciones comerciales y financieras que
busquen legalizar las ganancias producidas por actividades delincuenciales,
entre las cuales se encuentra no solo las relacionadas con el narcotráfico y
los grupos terroristas, sino que se incluyeron otros tipos de delitos como los
de corrupción pública, ampliando así el espectro de lucha contra los recursos
provenientes de actividades delictivas.
Así las cosas, desde el punto
de vista económico, se ataca los ingresos que obtienen las organizaciones
criminales a través de actividades delictivas, perdiendo con ello, la
posibilidad de pagarle a sus miembros, de comprar más armamento o de sobornar a
las autoridades públicas con esos recursos. Igualmente, se castiga a los
colaboradores como son los testaferros o las empresas lavadoras de dinero que
les permiten ingresar el dinero al sistema legal, y poder así, adquirir bienes
y servicios a través del sistema financiero, como es el caso de los bienes
raíces, cuyo valor no permite ser adquiridos a través de grandes cantidades en
efectivo.
La lucha económica contra el
crimen está diseñada para detectar y expropiar los recursos producidos en
actividades criminales, sin embargo, en sociedades como la colombiana donde
circula mucho dinero en efectivo, es muy difícil lograr resultados importantes,
además de todas las maniobras de lavado de activos que la delincuencia usa para
legalizar sus ganancias sin ser detectados.
Y por qué se deben atacar los
bienes de una empresa criminal, pues con menos recursos, menos capacidad para
realizar más crímenes, de contratar más delincuentes y de comprar armamento e
insumos. Igualmente se disminuye su poder de corromper a las autoridades y a la
sociedad civil. También se disminuye su capacidad para pagar a sus miembros,
por lo cual, pueden generarse motines y purgas al interior de la organización
por no cumplir con sus compromisos. En el mismo sentido, al no tener recursos
para pagarle a sus proveedores y a otros socios, estos terminan cobrándose
asesinándolos. Sin poder económico, la organización criminal pierde sentido y
tiende a desintegrarse.
LAS REGLAS DE LA DEMANDA Y DE
LA OFERTA DEL CRIMEN.
Otro de los análisis que se
hacen sobre el crimen desde el punto de vista económico, es sobre el análisis
de la oferta y la demanda del crimen. Estas reglas basadas en principios
utilitaristas de Betham, en los que se plantea que el hombre busca la mayor
felicidad y evita en lo posible el dolor, combinadas con las reglas de la
demanda y la oferta de la escuela liberal de la economía, crearon una forma
diferente de analizar el delito (Roemer, 2001).
Así las cosas, se plantea que
en la criminalidad también depende de las reglas de la oferta y la demanda, así,
por ejemplo, en una sociedad se puede presentar un aumento de la demanda de un
delito cuando los costos de ser descubiertos son mínimos, y los beneficios de
realizarlos son altos, en estos casos, nos encontramos frente a altos niveles
de impunidad, y altos beneficios económicos, lo que promueve que la sociedad
demande más esos delitos (Roemer, 2001).
En ese estado de cosas, por
el otro lado, si la demanda es alta, el precio de la oferta, es decir las
personas que ofrecen realizar el delito, es baja, pues hay muchas personas
dispuestas cometerlo, por el alto nivel de impunidad. El bajo precio de quiénes
ofrecen cometer delitos, hace que también aumente la demanda, y que se comentan
más actos delictivos.
De esta forma, una alta
demanda, y una oferta a bajo costo, incrementan los índices de criminalidad.
Un ejemplo de ello, es una
pandilla criminal toma a un barrio desprovisto de presencia de policías, se
dedica principalmente a la extorsión de los comerciantes, y al microtráfico de
estupefacientes, tiene altas ganancias, y se da el lujo de contratar a más
miembros a un bajo costo.
Otro ejemplo, una
organización criminal se ubica en el área rural de un país, en el cual, la
seguridad depende de una estación de policía conformada por 10 miembros. La
organización se dedica al narcotráfico y a la extorsión de ganaderos, y ya
cuenta con 70 miembros bien armados, que matan y extorsionan a todos los dueños
de fincas y comercios. Ante los altos niveles de impunidad, reclutan a jóvenes
para la organización, con un bajo salario y obtienen altas ganancias.
Un grupo político gana las
elecciones tanto del municipio como de la gobernación, y disponen de un plan
para realizar varios actos de corrupción tendientes a apropiarse de los
recursos públicos de ambas instituciones públicas. El grupo político ha logrado
que en los entes de control y órganos judiciales (Contraloría, procuraduría,
jueces y fiscales) se nombren en cargos directivos a miembros importantes de su
grupo, garantizando que todas las investigaciones penales y administrativas
sobre los actos de corrupción no se tramiten o sean saboteadas o dilatadas,
para efectos de favorecer la apropiación de los recursos públicos y el reparto
de las ganancias entre todos.
Como se puede ver en todos
estos casos, nos encontramos en niveles graves de criminalidad, en los que los
actos tienden a aumentar, y también el número de personas participantes. Son
niveles de delincuencia crónica en lo que la regla general es el delito y no la
legalidad.
Un contexto diferente, es
cuando la demanda por la realización de delitos se encuentra controlada por una
cultura fuertemente ética y legal, en la que se rechace la comisión de delitos,
pero que, a su vez, se encuentre respaldada por un sistema de control
administrativo y judicial de prevención y sanción al delito, donde los niveles
de impunidad sean bajos y donde los delincuentes sean procesados y juzgados de
forma justa y ágil (Roemer, 2001) . En un sistema así, la demanda por la
realización de delitos, sería baja, puesto que las personas tendrían un
comportamiento más apegado a la legalidad.
En dicho sistema la
prevención a través de la sanción, estaría complementada con un sistema de
estímulos favorables a la cultura de la legalidad, como lo sería un buen
sistema de educación, buenas condiciones laborales, premios e incentivos a la
mayor productividad y a la responsabilidad social empresarial.
En un contexto social como el
planteado, también la oferta para la realización de los delitos, también se
hace baja, pues la mayor parte de personas puede cumplir sus necesidades y
planes de vida a través de actividades legales, y salvo algunas circunstancias
particulares, podría tener alguna tendencia a cometer actividades
delincuenciales. Y como menos personas estarían dispuestas a cambiar una vida
cómoda dentro de la Ley, por estar siendo perseguido por cometer delitos, los
costos de la oferta aumentan, es decir, para lograr que otra persona realice un
delito o decida ingresar a una organización criminal, se requiere pagarle más
para convencerlo de ello, haciendo aumentar el costo de la organización
criminal, haciendo que el número de delitos disminuya.
Un ejemplo de ello, es una
organización terrorista que se enfrenta a un gobierno moralmente ético, con una
población bien educada, y con un sistema policivo y judicial eficiente. La
organización requiere de un asesino para realizar un atentado, y ante la
imposibilidad de conseguirlo al interior del país, tiene que contratar a un
extranjero para que realice el trabajo, que exige 2 millones de dólares para
cometer un solo asesinato.
En la misma sociedad, una
empresa quiere contratar a un hacker para realizar un ataque cibernético a otra
empresa que es su competencia. El sistema judicial cuenta con un grupo de
investigación de delitos informáticos muy efectivo, por tanto, no es posible
realizar el delito, sino con un experto internacional que permita evadir los
controles y posteriormente escapar victorioso en una investigación judicial.
Así las cosas, la empresa decide contratar a un Hacker actuaría desde China,
experto en infiltrarse en fuertes sistemas de seguridad informáticos,
contratarlo le costó a la empresa 5 millones de dólares. La operación se lleva
a cabo, el Hacker ejecuta el ataque informático, robando información
confidencial y dañando varios archivos importantes de la empresa atacada,
además logró bloquear las operaciones de la empresa a través de su página por 6
horas, lo cual generó un verdadero caos en la empresa atacada que perdió a
varios clientes y dejó de producir millones de dólares durante todo el tiempo
en que se ejecutó el ataque informático. Las autoridades adelantaron una fuerte
investigación, pero no lograron ubicar al Hacker, y era muy difícil detectar de
donde se había originado el ataque. Todo estaba muy confuso, hasta que uno de
los directivos de la empresa que financió el ataque, en un ataque de moral y
ética, decidió acudir a la policía y confesar el delito. A partir de todos los
datos que suministró, las autoridades judiciales pudieron dirigir mejor la
investigación, hasta incluso se logró ubicar al Hacker, hacer una solicitud de
extradición.
PREVENCIÓN DEL CRIMEN Y LA
ECONOMIA.
El crimen tiene un alto
contenido económico, pues hay factores como la educación, la pobreza, el
desarrollo, el desempleo y la falta de oportunidades, que son factores de
riesgos para el aumento de la criminalidad en una sociedad.
El buen desarrollo del modelo
económico en una ciudad, en un país o en una región, permiten crear condiciones
dignas de convivencia, reduciendo los índices de la criminalidad.
El crimen no solo se previene
demostrando efectividad en el sistema policivo, judicial y carcelario, sino a
través de políticas públicas y privadas que generen una cultura favorable a lo
legal, para que las personas puedan cumplir su sueño de vida a través de
actividades legales. Contrario a eso, una sociedad que no provee de las
condiciones para que las personas vivan dignamente, produce una violencia
estructural, que se configura, cuando unos pocos tienen los recursos y pueden
satisfacer sus necesidades y son muchos los que viven, sin poder hacerlo,
generando sensación de inconformidad y de injusticia social.
En un contexto de violencia
estructural (Bustos, 1987), los pobres o se conforman con su situación o se
revelan, y es donde comienza la reacción social y el conflicto, entre los que
están abajo y quieren mejorar sus condiciones, y los que están arriba que
quieren mantenerlas. En ese contexto, el poder que ostentan los de arriba busca
a través de la institucionalidad reprimir las protestas y mantener sus
privilegios, generando represión y exclusión a través del mismo Estado. Cuando
el Estado se concentra en la opresión al reprimido, el conflicto social estalla,
y se genera violencia.
Otro contexto de violencia
estructural (Isaza, 2005) es el del abandono estatal, donde por ausencia
absoluta del Estado, porque no provee seguridad, no ofrece servicios públicos y
no hace obras de utilidad pública y saneamiento básico, se generan grupos
paraestatales y grupos delincuenciales, que sustituyen al Estado como autoridad
y garante de los derechos, y son ellos, los que imponen las reglas a través de
la violencia, activa y reactiva, sin un límite o referencia a la Constitución y
a la Ley.
La economía juega un papel
crucial para evitar estos contextos de violencia estructural y violencia por
abandono estatal. Nada se puede hacer sin recursos, y se requiere la
convergencia de recursos públicos y privados para sacar a una ciudad, una
región o un país de la violencia estructural.
Es necesario invertir en
educación. La educación provee de cultura legal, cultura ética y conocimiento
para mejorar los procesos, los procedimientos, el trabajo y la producción. Sin
educación los jóvenes divagan entre el bien y el mal, son corruptibles y no
están preparados para desarrollar algún trabajo técnico o profesional.
Igualmente, no se puede
aprender con hambre. Si no hay para el almuerzo mucho menos hay para el bus que
me lleva al colegio. Se debe combatir el hambre, la pobreza, con trabajo,
producción e inversión. El Estado es un simple instrumento, pero no lo es todo,
el Estado tiene el deber de redistribuir los recursos a través de servicios y
obras públicas, pero los recursos deben surgir de la economía, de la producción
y del trabajo.
La respuesta económica al
delito es lograr la mejor distribución de los recursos escasos entre toda una
sociedad, buscando el mayor beneficio y garantizando la igualdad y la equidad.
Un buen modelo económico que permita dirigir la inversión pública y privada de
manera eficiente, provee de ambientes sociales y culturales menos conflictivos
y por tanto, con menores niveles de delincuencia. No todo se hace con el
dinero, pero vaya que es necesario para lograr los objetivos.
Una de las mejores formas de
prevenir el delito es garantizar las condiciones económicas en una sociedad,
que formen una buena cultura ciudadana con fundamento en la ética y la Ley, y
que les permita a todos los individuos comer y vivir en condiciones dignas.
El crimen no se puede
eliminar del todo, y ya se explicó que hay un grupo de crímenes que no están
relacionados con el ánimo de lucro, pero sin duda la economía es un factor muy
relevante para ciertos delitos y en especial de los realizados por las organizaciones
criminales.
EL CONCEPTO DE ECONOMICIDIO
DE ZAFFARONI.
Los Estados, las
organizaciones internacionales, y las empresas multinacionales, son entes que
interactúan de forma económica, a veces con acuerdos, a veces con conflictos.
La interacción de grupos
económicos como la banca internacional, y las empresas multinacionales, han
generado un impacto en las economías estatales, algunas hacia el bien, otras
hacia la catástrofe.
Toda política pública
requiere de recursos, y los Estados obtienen sus recursos de los impuestos o de
la producción estatal de bienes y servicios. Cuando estos recursos no alcanzan,
se acude a los créditos bancarios, cuando los créditos bancarios no son posibles,
se acude a la deuda externa a través de bonos, y cuando esto tampoco es
suficiente, se acude a la banca internacional, lo cual, como dice el profesor
Zaffaroni (2022), genera un grado de dependencia de los Estados a los entes bancarios.
Así por ejemplo, para
realizar una obra pública como un metro o un ferrocarril, el Estado hace un
presupuesto, y encuentra que el dinero requerido no lo tiene disponible, pero
quiere hacer la obra, y para ello, recurre a la financiación por bancos internacionales.
El problema es que los primeros recursos recibidos se utilizan para elaborar
los planos, pero que luego de unos años, se modifican totalmente y toca volver
a hacer nuevos planos y se paga con los recursos prestados, solo que no se han
iniciado aún las obras. Se inician al fin las obras, luego de otras discusiones
sobre los planos, y se requiere hacer un nuevo préstamo, pues con el cambio
realizado se requieren más recursos, además, fue necesario pagar unos nuevos
planos que no se encontraban dentro del presupuesto inicial. Se aumenta la
deuda externa con un préstamo adicional. Luego de iniciada la obra, comienzan a
surgir sobrecostos y se requiere hacer adiciones de obras por nuevos cambios en
el proyecto. Sigue aumentando la deuda externa.
Todo el aumento de esa deuda
externa, hace que se tenga que aumentar los impuestos para lograr mayor recaudo
para pagar la deuda adquirida para lograr terminar el proyecto. Igualmente,
mayores recursos públicos deben ser destinados al pago de la deuda externa,
haciendo más limitado los recursos para gastos de inversión social, ante tal
necesidad, se aumentan los impuestos nuevamente para obtener más recursos.
Pero paralelamente el Estado,
desarrolla un proyecto para construir una hidroeléctrica, para lo cual,
requirió nuevamente de hacer un préstamo internacional. El proyecto tuvo
inconvenientes y sobrecostos por corrupción, que salieron nuevamente de un nuevo
préstamo internacional, lo cual, también generó un gasto superior al
inicialmente presupuestado, teniendo el Estado que aumentar impuestos, y
aumentar la deuda externa.
Y adicionalmente, se
encuentra que una política pública de comedores escolares, donde se provee
alimentación a niños en escuelas públicas en varias ciudades del país, a los
niños les tomaban fotos con los platos de comida, pero luego de las fotos se
las quitaban y le pasaban el plato a otro niño, y así sucesivamente.
Igualmente, se encontró que los recursos destinados a la salud, fueron
apropiados por corruptos, que pagaban servicios médicos para tratar a pacientes
con hemofilia, pero resulta que estos pacientes, nunca tuvieron hemofilia, no
existían o estaban muertos. Así entonces, los recursos pagados por el Estado no
se invirtieron en los servicios públicos para los que estaban destinados.
Cuando se observa estos
descalabros administrativos, y el problema económico que esto genera, con la
irresponsabilidad de los burócratas, que requieren recursos y más recursos,
unos provenientes de los impuestos, y otros provenientes de la banca
internacional, se da uno cuenta, que cada vez más la utilización irresponsable
del crédito internacional, y de los impuestos, para la prestación de servicios
públicos y la construcción de obras públicas, se está generando un problema
económico que afecta la economía familiar por el aumento de impuestos, genera mayores
limitaciones para la prestación de servicios públicos y la construcción de
obras públicas en un futuro. Esto es lo que Zaffaroni (2022) llama el delito de
economicidio, que es destruir la economía de un país, por la irresponsabilidad
de los burócratas, al empeñar la producción de un país a la banca
internacional.
LA GLOBALIZACIÓN, EL
CULTURALISMO Y EL LIBERALISMO.
El profesor Giusti (2007) planteó
un interesante debate sobre el liberalismo y el culturalismo, en el que plantea
como choca el fenómeno de la globalización con las culturas particulares. El
debate estaba dirigido a ver por un lado el liberalismo como una concepción
basada en los derechos humanos y la libertad, con un discurso garantista y
libertario, que promueve las libertades, en especial, en contra de culturas
machistas de oriente -en especial las influenciadas por el islam, pero
presentes en otras culturas como la china y la japonesa que no profesan dicha
religión.
Por otra parte, el
culturalismo responde ante las criticas del liberalismo planteando que por
debajo de ese discurso de derechos humanos, se encuentra también la cultura
económica que plantea el consumismo y unos estándares de vida específicos, para
la compra de productos y servicios occidentales, que rompen con las
tradiciones, las formas de vestir y de pensar de culturas milenarias. Se
plantea entonces, que dentro del discurso liberal, también se encuentra el
discurso del libre mercado, y la imposición de formas de vestir, productos y
servicios, y el cambio o supresión de culturas diferentes.
Así las cosas, el discurso
liberal del respeto y la dignidad humana, terminan siendo al mismo tiempo una
forma de agresión a la religión, tradición y culturas diferentes, provocando un
conflicto y un irrespeto al diferente.
Sin embargo, el discurso de
occidente se centra en la eliminación de restricciones a la libertad, creados
por culturas y religiones opresoras, y desconocedoras de los derechos humanos,
en especial de las mujeres.
Puede entonces haber derechos
humanos, si se desconoce los derechos de las minorías, y de las culturas
diferentes. ¿Puede haber respeto por los derechos humanos en culturas que los
desconozcas o los limiten?
Un claro ejemplo de este
conflicto, es la revolución de Gandhi, quién se negó a seguir usando vestidos
ingleses, para vestirse con las ropas tradicionales de la India. Su derecho a
la protesta, generó que los hindúes dejaran de comprarle ropa a los ingleses,
generando un descalabro económico para el imperio británico, que marcó en gran
forma el camino hacia la independencia de la India.
Este choque entre el
liberalismo y el culturalismo se seguirá presentando, y la globalización, que
es un efecto económico es una de las bases para entenderlo.
EL CRIMEN TRASNACIONAL Y LA
ECONOMÍA.
El comercio internacional no
se encuentra exento de actividades criminales. Precisamente los aeropuertos y
los puertos marítimos, en su gran mayoría son sitios de control de ciertos
crímenes.
Los crímenes trasnacionales
son aquellos que se inician en un país, y terminan en otro. Son buenos
ejemplos, el contrabando y el narcotráfico, en el primero se trasporta
mercancía de un país a otro, sin el pago de los impuestos o aranceles, y el
segundo es el transporte de sustancias psicoactivas de un país a otro. Se
podría decir, que el narcotráfico es una especie de contrabando, solo que gano
su independencia debido a su importancia y efectos, mientras que el contrabando
mantiene un estatus de delito bueno, pues le permite a la población acceder a
mejores precios, sin pagar impuestos.
Ambos delitos son muy
productivos, pues las ganancias pueden oscilar entre el 300% y el 400%, y hasta
más.
En ambos delitos se
implementan todo tipo de estructuras organizacionales, y estrategias para
evadir las acciones de los estados. Se dice que mientras el narcotráfico por
regla general se enfrenta con la violencia contra los Estados y contra la
sociedad, el contrabando lo compra a través de la corrupción.
Los delitos trasnacionales
como el contrabando y el narcotráfico, tejen estructuras delincuenciales, tanto
en el Estado de donde crean o producen la mercancía, como en el Estado de la
recibe, y las ganancias son tan altas que permiten financiar las operaciones de
tráfico encubiertas en varios países, incluyendo armas, ejércitos, y corrupción
de civiles y autoridades públicas en ambos casos, creando subculturas
económicas transnacionales, que reparten dinero a todos los miembros de la
cadena, filtran el dinero en la economía formal a partir del lavado de activos,
e impulsan negocios con dinero negro.
El narcotráfico y el
contrabando, generan inflación por aumentar el dinero circulante, aumentan el
dinero en efectivo, y la economía informal, infectan a las empresas con dineros
provenientes del delito, incrementan la violencia y el buen funcionamiento del
Estado con la corrupción y la inseguridad.
Estos delitos trasnacionales
afectan seriamente la economía y el comercio internacional, pues debido a los
controles que hacen las autoridades de estos delitos, se sufren retrasos e
inconvenientes en los trámites de exportación e importación.
Los crímenes trasnacionales
requieren de grandes recursos de los Estados para la seguridad, vigilancia y
control de las fronteras terrestres y marítimas, y también de cooperación entre
los Estados por donde se produce, se trasporta y se destina la droga o la
mercancía.
En el caso del contrabando,
se afectan los precios de los productos, se pagan menos impuestos, se afecta la
industria nacional y el empleo. En el caso del narcotráfico, se genera
inflación, se contamina a las empresas y a la economía, se financia la violencia
y los conflictos armados, y se disparan los índices de delitos violentos.
Para citar otros delitos
trasnacionales, podemos ver el caso de los Panamá papers, en el que una firma
de asesoría legal radicada en Panamá, ofrecía asesoría legal, contable y
financiera a empresas de todas partes del mundo, para efectos de constituir empresas
de papel en Panamá, y evadir impuestos y ocultar el origen de los recursos
(lavado de activos). La idea era constituir empresas en Panamá o comprarlas,
para efectos de comenzar a facturar servicios a la empresa que quería evadir
impuestos. Los servicios nunca se prestaban, pues el plan consistía
principalmente en trasferir dineros de un país a otro, para evadir impuestos o
lavar activos. La firma de asesoría legal, ofrecía el servicio de asesoría y
ejecución del plan para evadir impuestos y lavar activos, logrando clientes de
todas partes del mundo, se trataba de una verdadera empresa criminal que
traspasaba las fronteras, para realizar delitos contra el fisco y delitos
económicos.
Otro de los delitos
trasnacionales insignes es el de trata de personas, y este se da tanto en
inmigrantes que buscan pasar de un Estado a otro, como en la trata de personas
para fines de explotación sexual o laboral. En el primero, los indocumentados
le pagan a los traficantes para ser transportados de un estado a otro, de
manera clandestina, sometiéndose a condiciones inhumanas de transporte y con el
riesgo de ser sorprendidos por las autoridades o ser engañados por los
traficantes, que a veces los someten a la esclavitud. La trata de personas con
el fin de explotación sexual o esclavitud, son organizaciones criminales
dispuestas a secuestrar, engañar a la victima para transportarla de un país a
otro, donde luego es recibida sometida y esclavizada, le quitan su pasaporte y
la someten a encierro -secuestro-, donde las ponen a pagar los gastos de
transporte y manutención con servicios sexuales o trabajo forzado. Utilizan la
violencia, la extorsión y las drogas para someter a la víctima a sus
condiciones. La trata de personas con fines de explotación sexual, es más
lucrativa que el tráfico de drogas, y se extiende por más tiempo la ganancia.
Son verdaderas organizaciones criminales sin escrúpulos y que no dudan en
negarle la condición de ser humano a sus víctimas. Durante el inicio de la
guerra de Ucrania, se detectaron varias organizaciones criminales en Polonia,
donde llegaban refugiados de Ucrania, que secuestraban a mujeres y niñas
ucranianas para someterlas al delito de trata de personas, aprovechándose de su
vulnerabilidad y de la diferencia de idiomas.
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