lunes, 15 de julio de 2024

La Criminalidad, la impunidad y el Estado




 Uno de los mayores problemas del derecho penal es la impunidad.

En una sociedad entre mayor sea la impunidad, mayor es la delincuencia.

La impunidad implica que los delincuentes no son investigados, procesados o capturados de conformidad con lo dispuesto en la Ley. Cuando un delincuente se da cuenta de que no pasa nada si realiza un delito, tiende a volverlo a realizar.

La impunidad puede darse por la astucia del delincuente que impide a las autoridades capturarlo. Pero también se genera por la falta de recursos e interés de las autoridades encargadas de la investigación y otros factores como la corrupción y la peligrosidad de las personas o bandas criminales a las que se investigan. 

En el momento en que el Estado fracasa en su función de mantener el orden público, y de investigar y judicializar a los delincuentes, la seguridad y la tranquilidad de los ciudadanos se ve seriamente afectada.

Una sociedad insegura y sometida a los delincuentes no logra desarrollar la libertad en sus diferentes campos, como la libertad de expresión, libertad de locomoción, libertad de empresa, el libre desarrollo de la personalidad, la libertad sindical.

Por eso es deber del Estado persistir en la lucha contra la criminalidad, y no permitir que se aumenten los niveles de impunidad, y para ello debe tener una fuerza pública dispuesta y operativa, un sistema judicial competente y justo, y un sistema penitenciario dirigido neutralizar y a resocializar a los delincuentes.

Los eventos más graves de impunidad, son cuando el Estado se vuelve cómplice de la criminalidad, ya sea a través de la corrupción de las autoridades, o porque las autoridades operen de manera negligente, porque no actúan, actúan mal o actúan tardíamente. En estos eventos, tanto los delincuentes como los ciudadanos no esperan ninguna acción por parte del Estado, generando así una subcultura de ilegalidad, donde no rige la Ley, sino los designios de los delincuentes.

Una sociedad sometida a la delincuencia se remonta a un estado de naturaleza en términos de Hobbes, donde los delincuentes cometen todo tipo de injusticias y violaciones en contra de la población civil. 

De esta forma, el Estado se vuelve cómplice de la Criminalidad cuando colabora con ella, o cuando deja de actuar y le deja el campo libre a la delincuencia.



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