LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR
En la violencia intrafamiliar la historia ha mostrado al hombre como el agresor, el maltratador el abusador, y bueno, ello no está para nada alejado de la realidad, pues hay una tendencia del hombre por temas culturales del machismo al maltrato, al sometimiento y al abuso hacia la mujer, a considerarla como un ser inferior, débil y sensible.
La cultura machista parte de una idea de mujer dedicada los roles del hogar y la maternidad, y al sometimiento a la autoridad del hombre, rompiendo todo sentido de igualdad e independencia. Todo lo que implique que una mujer pueda jugar un rol masculino es rechazado, atacado o censurado. El intento de cualquier mujer a cambiar ese estatus quo es asimilado a una ofensa o una osadía que debe ser castigada. Son concepciones patéticas de otros siglos, donde la mujer no tenía derechos y que estaba sometida a la autoridad de su padre o su marido.
Paralelamente al machismo, existe la misoginia, que es el odio hacía la mujer por otros motivos, como el hijo maltratado por su madre, su hermana, su madrasta o su misma esposa. El hombre en su proceso de socialización crece con un resentimiento y con una rabia acumulada en contra de las mujeres, pues los modelos femeninos con los que creció o con los que convive son de rechazo o conflictivos, a tal punto, que el individuo ante cualquier situación parecida a la que padece o padeció, reacciona con violencia, haciendo una transferencia de su agresor hacía su víctima, y descargando contra ella toda esa rabia acumulada.
A pesar de la historia y la tendencia del hombre a maltratar a la mujer, también se presentan casos de violencia de la mujer hacia el hombre, que es totalmente diferente. La violencia de la mujer es más común de tipo verbal y comportamental. La mujer insulta, humilla, es sarcástica, es irónica, tiene más repertorio verbal que el hombre, y también utiliza el ostracismo, la anulación y el aislamiento como maneras de agredir. En la parte económica, comienza a demandar más gastos, a comprar cosas costosas sin criterio diferente que afectar a su pareja. Deja de hacer ciertas cosas que sabe que su pareja no hace, o no sabe hacer. Ocupa los espacios libres de su pareja y le niega la posibilidad de hacer cosas que le gusta como un castigo y lo obliga a realizar las que no le gustan. Anula y minimiza la importancia, el trabajo y las labores de su pareja en el hogar.
En síntesis: No sabes hacer nada sin mí.
En el caso del machismo, el hombre suele manipular a la víctima en un ciclo de violencia, en el cual, se genera una situación que desencadena la agresión, por lo cual se emplea la violencia de tipo física, verbal o económica, y posteriormente, se pide perdón, se ofrecen regalos ofrendas, vuelve el amor y a comportarse bien, y posteriormente, vuelve a ocurrir una situación desencadenante donde vuelve la violencia y empieza el ciclo de nuevo. La víctima queda confundida entre las dos caras de la moneda, entre el maltratador y el príncipe, y donde el hombre manipula a la víctima y la hace sentir como la culpable. Así las cosas el maltratador mantiene a la víctima dentro del circulo de violencia, donde utiliza la manipulación para que siga sometida a él, y no escape o salga corriendo, que sería lo más lógico. Igualmente, la amenaza constante de ejercer cualquier tipo de violencia también es utilizada por el manipulador para someter a la víctima.
En el mismo sentido la mujer también ejerce violencia y también usa la manipulación. Así las cosas simula enfermedades y problemas para hacer sentir culpable a su pareja. Tiende a exagerar un problema existente y arma una discusión acalorada y subida de tono. Tergiversa situaciones con infidelidad, falta de atención o maltrato, y rememora conflictos, relaciones anteriores o infidelidades superadas solo para afectar a su pareja y hacerlo sentir culpable. Simula ser víctima de maltrato sin serlo, y amenaza con denunciarlo, o lo denuncia con situaciones inventadas.
En síntesis: Tienes que hacer lo que yo diga.
Otro de los perfiles complejos que generan violencia intrafamiliar es el del narcisista, es aquella persona que se considera superior a todos, y humilla y destruye el autoestima del otro. La persona narcisista se cree superior a su pareja y ataca cada vez que ella hace algo, haciéndola sentir incapaz de hacer algo bueno o algo digno de admirar. Maltratan humillando y destrozando todo lo bueno que la otra persona hace.
Por regla general el machismo genera el convencimiento en el hombre de que es un ser superior, y comienza el narcisismo masculino a aplastar y destrozar el autoestima. Pero también ocurre de parte de la mujer, que también maltrata al hombre y comienza a anularlo y castigarlo, impidiéndole hacer lo que le gusta, impidiendo que trabaja, estudie o produzca, y en general, que sobresalga en alguna materia.
El narcisistas encasilla a su pareja en el molde de fracasado y no quiere que salga de ahí.
En síntesis: No eres nadie sin mí.
Uno de los mayores problemas de la violencia intrafamiliar, son los celos. Los celos mal manejados tanto de hombres, como de mujeres llevan a la separación. Mientras que el hombre celoso por historia genera tragedias, por la supuesta defensa del honor mancillado, que en siglos pasados le dio la potestad de matar a la mujer y su amante (cosa que está terminante prohibido hoy), la mujer ejerce violencia de otra manera, como el ostracismo, la violencia económica, y la humillación.
Los celos son una conducta obsesivo compulsiva, que implica la verificación en todo momento de que la otra persona la ama y no la va a abandonar. El miedo al abandono es su origen, lo que genera una obsesión de evitar que ocurra. La obsesión provoca que tenga la compulsión a verificar en todo momento el amor, y de verificar que no existe engaño. Así las cosas, se revisa el celular sin autorización, se monitorea las redes sociales, se está reacciona frente a cualquier situación que se considera como sospechosa. Una infidelidad dispara la celotipia, que como se mencionó se origina por el temor al abandono.
La obsesión extrema convierte a la pareja del celoso en un objeto de su propiedad, que no tiene derecho a dejarlo, a divorciarse, ni a estar con otra persona.
En síntesis: "Si no es mía (mío), no es de nadie"
La mitomanía también es el origen de conflictos en la familia. Las personas acostumbradas a mentir rompen la confianza familiar, decepcionan a sus miembros, y generan conflictos entre los familiares. Al tergiversar constantemente la realidad desesperan a su pareja y la desgastan en discusiones constantes y continuas.
Mienten para mantener su imagen, mienten para dañar la imagen de su pareja, mienten para apartar a personas cercanas a su pareja.
Conclusión: Todo lo enreda con una mentira.
La adicción es otro de los grandes problemas de la familia. Ya sea el consumo de alcohol o de las drogas, el adicto se ve superado por su problema, generando conflictos con su pareja, ya sea por los efectos que la sustancia tiene en su comportamiento, como la agresividad, la irresponsabilidad, la peligrosidad y la inconsciencia. El adicto cuando pierde la consciencia es totalmente irresponsable, y puede poner en peligro su vida y la de las personas que los rodean. En ocasiones se vuelve agresivo, y violenta a su pareja y a sus hijos, generando un desastre total. Por su irresponsabilidad también puede generar accidentes de tránsito, riñas o incendios que pueden afectar a su familia. No es fácil convivir con un adicto, y además, no es siempre fácil su rehabilitación. Esto también puede ser el origen de las discusiones y problemas, y en especial de la violencia intrafamiliar.
En un proceso de violencia intrafamiliar se debe poner atención a estos temas, pues como se dijo al principio, la historia muestra a los hombres como maltratadores insignes, pues se han ganado dicha fama a pulso, hay que poner mucha atención en los anteriores perfiles:
1) ¿Quién tiene perfil del maltratador?
2) ¿Quién tiene el perfil del manipulador?
3) ¿Quién tiene el perfil del narcisista?
4) ¿Quién padece la celotipia?
5) ¿Hay algún adicto?
6) ¿Quién tiene el perfil del mitómano?
El problema es que en muchas ocasiones ambas partes tienen los perfiles, o tienen varios perfiles. Lo importante es identificar la causa o las causas, para tratar el caso y conseguir la prueba.
Por último hay que decir que el apoyo familiar es muy importante para la víctima, el maltratador suele aislarla para que no reciba ayuda y aparenta que todo está bien, diciendo mentiras, restandole importancia a cualquier agresión como una discusión normal entre parejas, tilda a su pareja de loca y de mentirosa, y manipula toda la situación para no ser descubierto.
De esta forma, la familia es importante creyendole a la víctima, ayudandola a comprender que está siendo objeto de agresión y que no es su culpa, y sobre todo, es importante su apoyo para escapar del círculo de la agresión, y brindarle protección para su posterior recuperación emocional.
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