EL FANATISMO EN EL DERECHO PENAL
Por: Jorge Arturo Abello Gual
Una causa recurrente de delitos es el fanatismo. Este es un fenómeno
social, que hace que muchas personas, por diferentes motivos, entre los más comunes,
los políticos, los religiosos, los deportivos, se enfrenten y lleguen a la
agresión verbal y física, llegando inclusive al homicidio. Si tomamos ejemplos
como las matanzas realizadas por los nazis en Alemania, los bolcheviques en
Rusia, los revolucionarios franceses, cubanos y chinos en sus respectivos
países, y los regímenes de terror que montaron dictaduras del cono sur, podemos
estudiar lo que el fanatismo político puede generar en las sociedades.
Igualmente, en los deportes, por ejemplo, el fanatismo genera
que los hinchas de dos equipos rivales se enfrentan entre sí, y son capaces de
matarse en riñas callejeras por un color, un escudo o una bandera.
En el tema de la religión, el fanatismo llevó a las cruzadas a
naciones cristianas en contra de los pueblos musulmanes, y de igual manera, se han
presentado ataques musulmanes en contra de infieles (cristianos y judíos), con
el pretexto de la Yihad o guerra santa. En Europa la guerra de los supremos,
llevó a que católicos y protestantes (Luteranos y Calvinistas) se enfrentaran,
e igualmente en Irlanda se creó un grupo terrorista -el IRA- en medio de
conflictos entre católicos y protestantes.
El fanatismo es entendido como “un comportamiento desvirtuado de
la realidad lógica que enajena a quien la demuestra hasta tal punto que se cree superior a los demás y no acepta
que otros que piensen diferente pueden tener la razón”[1]
Podríamos tomar como una guía la siguiente
definición de fanatismo y sus consecuencias:
“El fanatismo supone una adhesión incondicional
a una causa. La mencionada ceguera que produce el apasionamiento lleva a que el
fanático se comporte, en ocasiones, de manera violenta e irracional. El
fanático está convencido de que su idea es la mejor y la única válida, por lo
que menosprecia las opiniones de los demás.
De esta manera, podríamos determinar que el
fanatismo se sustenta o identifica por cinco principales señas de identidad: el
deseo de imponer sus propias ideas, el despreciar a quienes son diferentes, el
basarse en una serie de ideas que son incuestionables, el tener una visión
“cuadriculada” de las cosas pues todo es blanco o negro, y finalmente el
carecer por competo de todo espíritu crítico.”[2]
Como podemos observar, el
fanático es una persona que acoge una idea, y la plantea como una verdad
absoluta, y es incapaz de cuestionarla o de dejar que otros la cuestionen,
convirtiéndose en un defensor exagerado de una idea, hasta llegar a agredir o
matar a los que se muestren en contra. Se menciona incluso, en lo relativo al
fanatismo político lo siguiente:
“La falta de racionalidad
puede llegar a tal extremo que, por el fanatismo, una persona mate a otra.
Cuando el fanatismo llega al poder político, suele desarrollar todo un sistema
para la imposición de sus creencias, castigando a los opositores con la cárcel
o incluso la muerte.”[3]
Precisamente, desde la
sociología, se concibe al fanatismo como:
“… un sentimiento
expresado por una persona o grupo de personas que defienden “de manera exagerada
y apasionada” sus creencias religiosas, políticas, artísticas o deportivas. No en vano, los casos que
se conocen de personas que asumen este tipo de conductas, las muestran como
aferradas a sus convicciones, las defienden con pasión, hasta el punto de
considerar sus enemigos a quienes no comparten sus ideas o las refutan.”[4]
Así entonces, nos
encontramos con que el fanático no solo se aferra a una idea y la defiende de
manera exagerada, sino que es capaz de agredir a todos sus contradictores, al considerarlos
sus enemigos. Cuando consideras a una persona como enemiga, te encuentras en
una guerra contra ella, y la guerra es una situación donde despojas a los
enemigos de sus derechos, y la concibes como una “no persona”, ese es el
sustento también del derecho penal del enemigo. Este comportamiento es
explicado desde la psicología de la siguiente manera:
“La psicología afirma que
el fanatismo surge a partir de la necesidad de seguridad que experimentan las
personas que, justamente, son inseguras. Se trata de una especie de
compensación frente a un sentimiento de inferioridad.”[5]
También desde el punto de
vista de la psicología, se afirma lo siguiente:
“el
fanático llega a serlo porque carece de cosas en las que apoyarse o que le
llenen sus vacíos y sean afectivos, espirituales, económicos o de otra índole.
Ello puede ser el inicio
de un apego desmedido y terminar en fanatismo.”[6]
Es decir, que el
fanatismo surge de las inseguridades afectivas de la persona, que termina por
creer y aferrarse a una idea, para llenarlos. Una vez se siente seguro y
tranquilo, cualquier contradicción le genera inestabilidad, y lo afecta. Su
reacción puede ser explicada de la siguiente manera:
“en el fanático hay algo
de omnipotencia y crueldad.
“Esa es su capa
protectora porque algunos autores lo ven como una protección contra la
psicosis. Una persona fanática nunca acepta incertidumbre, evolución y cambio
de la vida, no acepta el misterio, ni lo que los sabios saben justo porque es algo
omnipotente, y no concibe la duda”.
Y agrega que el fanatismo
es una forma de anticonocimiento porque las personas durante su desarrollo se
crean sus propios conceptos con lo que les muestra su entorno, es decir aceptan
la realidad que hay a su alrededor, pero el fanático no se nutre de realidades.”[7]
El fanatismo es sin duda
un problema, puesto que crea reacciones irracionales, por comprender la
realidad en blanco y negro, donde solo hay dos opciones: o en contra, o a
favor. No existe una escala de grises, exponen sus ideas como verdades
absolutas, omiten o suprimen las contradicciones o defectos de sus posturas, y
exaltan los de sus opositores, y son capaces de inventar falacias para
desprestigiarlos, y para exaltar las bondades de su posición.
La lógica presente en
todos los hombres, exige como principio la coherencia, que exige la ausencia de
contradicción. Por lo tanto, es propio de todo ser racional no incurrir por
lógica en contradicciones. Así que cuando se genera una contradicción, lo
lógico es resolverla y crear una respuesta o una solución lógica. Cuando se es
un fanático, no se acepta la contradicción, ni la corrección lógica, se crea
una falacia, que es un argumento falso, creado intencionalmente (sofismas) o
por negligencia (paralogismo).
Si para algunas comunidades
cristianas, beber licor es un pecado, ¿Por qué el primer milagro de Jesús fue
convertir el agua en vino para una fiesta? Si Dios nos ama ¿Por qué las
personas buenas sufren cosas malas? Si todos los hombres somos iguales ante los
ojos de Dios, ¿Por qué las mujeres deben ser dóciles y serviles a sus esposos?
Frente a un
cuestionamiento de una idea, las contradicciones deben ser asumidas dentro de
un debate racional. Si la contradicción no puede ser superada lógicamente, debe
ser aceptada, es decir, debe aceptarse que es verdadera.
También se debe entender
que toda persona que sostiene una idea, tendrá el deber de soportarla. Si esa
idea no puede soportarse, debe ser descartada como inválida.
Frente a estos temas
lógico-argumentativos, los fanáticos plantean una justificación falsa o
engañosa, con un cinismo absoluto. Es también una reacción humana, tratar
siempre de justificar las acciones, así sean insostenibles. Los nazis
justificaban sus actuaciones durante la segunda guerra mundial. Igualmente, se
justificarían Stalin, Milosevic, Sadan Husein, Fidel Castro, Pinochet y muchos
otros dictadores de izquierda y de derecha. Sería muy duro reconocer de su
parte que toda su vida estuvo equivocada.
Ahora bien, desde el
punto de vista lógico-argumentativo, hay que tener en cuenta que pueden existir
dos argumentos totalmente contradictorios, pero igualmente válidos. Por tanto,
en la argumentación no hay forma de establecer a veces un ganador o un
perdedor. Desde el punto de vista jurídico, se plantean que existen casos
fáciles, que tienen una solución aceptable por encima del 95%; unos casos
difíciles que tendrían una solución aceptable en un 80%; y unos casos trágicos
que tendrían una solución aceptable del 60%. De esta manera, se entienden que
los casos difíciles y trágicos, el derecho deja la puerta abierta para una
reconsideración hacia futuro, y una posibilidad de variar la posición y de
cambiarla si en otras circunstancias y en otros tiempos, se puede aceptar una
postura diferente.
El fanatismo con su
lógica circular, no permite ni la contradicción, ni la controversia, ni la
objeción, ni la posibilidad de cambio, es como decir que la Tierra es plana y
el sol gira alrededor de ella, y todo el que refute esa verdad, comete una
herejía. Si un fanático llega al poder, la libertad de pensamiento y la
libertad de culto serían sus principales objetivos a destruir. Impondría su
visión sobre temas como la dosis personal, sobre los derechos de las parejas
del mismo sexo, sobre el aborto y sobre la eutanasia, sin dar campo a la
diferencia de pensamientos, ni a la protección de los derechos de las minorías.
Todo lo que esté fuera de su visión, o su pensamiento, no existe, o debe
desaparecer.
El fanatismo es una
visión de un individuo que puede convertirse en una de grupo, y no depende de
un partido o una religión, es que como se dijo, ocurre cuando una persona se
aferra a una idea, y reacciona de manera irracional frente a su contrario, no
reconoce las falencias que tiene su posición, y desconoce las bondades de sus
opositores. Llega a considerar a sus opositores como enemigos, y como tales, se
sumerge en una guerra en su contra, llegando a veces a desconocerles su
condición de seres humanos y seres racionales, rebajándolos a animales u
objetos, dentro de una falsa visión de superioridad y arrogancia.
Así, pues en lo político,
el reto no es ser de izquierda o de derecha, sino del centro.
En lo religioso, el reto
es ser espiritualmente equilibrado entre lo que crees y lo que haces.
Y en lo deportivo, saber
que se gana y se pierde.
En en Derecho penal, un
fanático se convierte en un problema cuando:
1) Crea un grupo armado radical o terrorista, que
realiza actos bárbaros para alcanzar con sus fines.
2) Llega al poder y comienza
a hostigar y a matar a sus opositores.
3) Cuando crea una secta que
hace prácticas que violan a mujeres y niños.
4) Y en general cuando logra
unir a un grupo de personas, con el firme objetivo de hacerle daño o acabar con
las personas que piensan diferente.
[1]
UTRIA, Miguel. El fanatismo, sus riesgos y el rol de las familias en estos
casos. En el diario el Heraldo, 31 de enero de 2021 publicado en la siguiente
página web: https://www.elheraldo.co/sociedad/el-fanatismo-sus-riesgos-y-el-rol-de-las-familias-en-estos-casos-791226
consultada el 18 de Febrero de 2021
[2]
Definición de fanatismo. En la página web denominada definición de, encontrada
en la siguiente página web: https://definicion.de/fanatismo/
consultada el 18 de febrero de 2021
[3]
Ob. Cit.
[4]
Opinión del profesor Jorge Eliecer Bolívar (Sociologo) sobre el fanatismo en
una entrevista contenida en el siguiente artículo: UTRIA, Miguel. El fanatismo,
sus riesgos y el rol de las familias en estos casos. En el diario el Heraldo,
31 de enero de 2021 publicado en la siguiente página web: https://www.elheraldo.co/sociedad/el-fanatismo-sus-riesgos-y-el-rol-de-las-familias-en-estos-casos-791226
consultada el 18 de Febrero de 2021
[5]
Definición de fanatismo. Ob cit.
[6]
Opinión de Jair Vega (psicólogo), en la entrevista: UTRIA, Miguel. El
fanatismo, sus riesgos y el rol de las familias en estos casos. En el diario el
Heraldo, 31 de enero de 2021 publicado en la siguiente página web:
https://www.elheraldo.co/sociedad/el-fanatismo-sus-riesgos-y-el-rol-de-las-familias-en-estos-casos-791226
consultada el 18 de Febrero de 2021
[7]
Opinión dada por María Eugenia Reátiga (psicóloga) , en la entrevista: UTRIA,
Miguel. El fanatismo, sus riesgos y el rol de las familias en estos casos. En
el diario el Heraldo, 31 de enero de 2021 publicado en la siguiente página web:
https://www.elheraldo.co/sociedad/el-fanatismo-sus-riesgos-y-el-rol-de-las-familias-en-estos-casos-791226
consultada el 18 de Febrero de 2021
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