jueves, 3 de marzo de 2022

CASO PARA EL DERECHO PROBATORIO: RESPONSABILIDAD MÉDICA.

 

CASO PARA EL DERECHO PROBATORIO: RESPONSABILIDAD MÉDICA.

 

Francisco Peralta es profesor universitario, y comenzó luego de 10 años de ejercer su profesión a tener molestias en su garganta, para hablar, a veces se quedaba afónico y comenzó a roncar mucho. Fue al médico y le diagnosticaron que tenía un nódulo (pequeño tumor) en su tiroides.

El primer médico que lo trató, el Dr. Paradita, le ordenó unos análisis, y luego de ello, realizó un tratamiento con medicamentos, buscando que el tumor se fuera desvaneciendo. Luego de 8 meses de tratamiento, el paciente no vio mejoría, a pesar de que su médico le decía que tenía que tener paciencia, que seguramente en tres meses más iba a ver los resultados del tratamiento, sin embargo, Francisco no soportó y consultó a otro médico.

El segundo médico, el señor Fabra, le hizo otros análisis, y en efecto confirmó el diagnóstico, pero dijo que era necesario operarlo, que en su concepto, ese tumor no iba a ceder solo con medicamentos, y que lo más recomendable era operarlo. Este médico le dijo que el no operaba, que no era su especialidad, y que lo iba a remitir con un cirujano para que realizara la operación necesaria.

El cirujano, era el Dr. Rodríguez que recibió al paciente en consulta, le ordenó los exámenes prequirúrgicos con lo cual confirmó que el paciente estaba en buen estado para una operación. El cirujano le explicó al paciente en qué consistía la operación y cuales eran los riesgos de la misma, entre ellas, la posibilidad de que se cortara el nervio laríngeo recurrente (cuerda vocal), que por ello, era posible que quedara afónico. Así las cosas se firmó un consentimiento informado en el cual se firmó por parte del paciente.

La operación se programó y el médico realizó la operación. En la epicrisis de la operación, el médico coloca, que se separó el nervio laríngeo recurrente, se extrajo el tumor, y que no se presentó ninguna complicación en la cirugía.

El paciente sale a recuperación, primero a UCI, y luego a una habitación, luego de reaccionar a la anestesia. En la habitación se encuentra acompañado de su esposa María, donde el trata de hablar pero no le sale mucho la voz. Ellos piensan que hace parte de la recuperación luego de la cirugía. El médico los visita y ve por primera vez al paciente luego de la cirugía, le examina las heridas, y le dice que hable, el paciente dice algunas palabras en voz muy afónica. “El médico dice, Ah bueno, puede hablar…”

El paciente luego de mes y medio, sigue presentando mucha dificultad para hablar, se le oye ronco, afónico, y va donde el médico cirujano, quién le dijo que era normal, que eso era parte de la recuperación.

Francisco acude a otro médico, el Dr. Fabra nuevamente, y este dice, que sí en efecto eso podía ser parte de la recuperación, que debía hacer terapias con fonoaudiología, y le mando unas diez terapias.

La fonoaudióloga Patricia trató a Francisco, pero inicialmente le dijo, que su voz no estaba para nada bien, que era necesario que lo examinaran más a fondo, porque esa voz no era normal, estaba muy afónico, el esfuerzo para hablar era mayúsculo, y que pasado el tiempo de la operación, debía haber algo físico que era necesario determinar.

Francisco fue a donde el Dr. Vega, otro otorrinolaringolo, quién lo examinó, en efecto, no le había gustado como se oía la voz de Francisco y le ordenó unos exámenes. En los exámenes se diagnóstico que en efecto, el paciente se le había afectado el nervio laringeorecurrente derecho (cuerda vocal), el cuál se encontraba paralizado, y debido a ello, se estaba causando la afonía de Francisco, y que ello era un daño irreversible, puesto que en la garganta existen dos nervios laringeorecurrentes, uno derecho y otro izquierdo, y que ellos se abren y se cierran para que la voz se genere. Cuando uno de ellos queda paralizado, no se cierra la totalidad de abertura y la voz pierde fuerza, generando la afonía en el paciente.

Francisco inconforme, porque al ser profesor Universitario depende de su voz para trabajar, y resulta que después de dicha operación, quedó afónico de por vida, y se cansa rápidamente luego de hablar mucho tiempo y no es recomendable que siga dictando clases. Se le ofrecen dos tratamiento para recuperar en parte la voz, uno es colocar un tapón entre los dos nervios laringeorrecurrentes para que existan menor espació entre uno y otro y así mejorar la voz, a lo cual se somete, pero desafortunadamente luego de dos meses, vuelve a perder la fuerza de la voz y tiene que evitar nuevamente dictar clases. El otro tratamiento fue inyectar grasa al nervio laringeorrecurrente afectado, lo cual mejoró considerablemente la voz, pero nunca volvió a ser el mismo.  Francisco perdió su trabajo por más de 1 año en esas operaciones, tuvo daños morales pues su vida no fue la misma desde entonces, pues no podía hablar, y por ello se deprimió, no podía trabajar, y sufrió un desmedro en sus ingresos muy importante.

Consultó a varios médicos sobre el tema:

Alirio un médico otorrinolaringólogo dijo que esa operación es muy delicada, y que debía hacerlo un médico cirujano especialista en cuello y cabeza, porque un cirujano general podría cometer el error de cortar el nervio laringeorrecurrente, por falta de experticia, y que ello ha ocurrido mucho, por eso, es que se recomienda que esas operaciones las realice un médico especialista en cuello y cabeza.

Flaminio otro médico otorrino, dijo que cortar el nervio laringeorrecurrente en esas operaciones es un riesgo inherente a ese tipo de operaciones, que el nervio es milimétrico y que a veces de acuerdo con el paciente, no se encuentra y a veces se corta sin darse cuenta. Que es un tema muy difícil y que depende en gran parte del tamaño del tumor que se vaya a extraer, pues entre más grande, más es el riesgo de cortar el nervio.

Piroberto, dijo que el corte del nervio laringeorrecurrente es un riesgo previsible, y que todo médico, por ser previsible debió tomar las medidas necesarias para evitar su corte. Que incluso en el procedimiento, se establece en la lex artis que antes de sacar el tumor, el cirujano debe ubicar primero el nervio, separarlo con cuidado para evitar cortarlo, y una vez realizada dicha maniobra sí puede iniciar con la extracción del tumor, por lo tanto, si el médico se apegó a dicho protocolo, no debió afectar el nervio recurrente, a menos que se presentara una anomalía o una deformación particular en el paciente, que debió reportar el médico en la epicrisis.

Ronaldo, otro médico cirujano general consultado dijo que el riesgo de corte del nervio laringeorecurrente en la operación que le hizo a Francisco era de un 5% de los casos, y que de presentarse algún inconveniente en la cirugía, el médico ha debido reportarlo. Que si el médico se apegó a los protocolos, no debió presentarse ese resultado lesivo al paciente.

 

 

Que en la hoja de vida del dr. Rodríguez, el cirujano, aparece que es cirujano general, que no es especialista en cuello y cabeza, que en efecto cuenta con 20 años de experiencia, y que ha realizado más de 20 operaciones como la de Francisco, sin haber presentado ningún inconveniente. El médico ha dicho que el paciente firmó el consentimiento, donde se le advierte el riesgo de corte del nervio laringeorrecurrente como un riesgo inherente, y que en efecto eso fue lo que ocurrió.

 

Tener en cuenta los siguientes videos, para resolver el caso:

Consentimiento informado

https://youtu.be/-_HKaL2A7RM

Riesgo inherente

https://www.youtube.com/watch?v=_HL_b9CkdsY&list=PLqomS-7XC5ZFsuRoeKq-AIMEZF3eYsjcg&index=5&t=9s

Imprudencia, impericia, negligencia

https://www.youtube.com/watch?v=Ath-zLSlXP4&list=PLqomS-7XC5ZFsuRoeKq-AIMEZF3eYsjcg&index=8

Protocolos y guías medicas

https://www.youtube.com/watch?v=K6ujLk833_A&list=PLqomS-7XC5ZFsuRoeKq-AIMEZF3eYsjcg&index=7

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