Por: Jorge Arturo Abello Gual.
El resultado del plebiscito en
Colombia, en el cual ganó el NO al apoyo sobre el acuerdo de paz firmado en la
Habana, sin duda fue sorpresivo para todo el país y el mundo. Sin embargo, las
razones del por qué se dio este resultado no dejan de ser interesantes desde todo
punto de vista. A continuación me permito exponer algunos puntos relacionados
con los resultados:
RESULTADO SORPRESA
Nadie en Colombia, ni siquiera la oposición
esperaba que ganara el NO en la
refrendación de los acuerdos de La Habana.
Por una parte el Gobierno planteó
una respuesta interesante llamando a la UNIDAD POLÍTICA, para evitar la
polarización, y aminorar su derrota. La UNIDAD POLÍTICA busca el diálogo con
los principales exponentes del NO, y tratar de darle una salida al proceso de
paz. Es precisamente la exclusión de la oposición y la política del Gobierno de
no tener en cuenta los puntos diversos en el acuerdo, que generó una
polarización tal que lo llevara a perder en las urnas lo que había avanzado en
el proceso de paz con las FARC.
Ni el Gobierno, ni la oposición
tenían un plan preparado para el resultado que dijo NO. Sin embargo, hay que
abonar que ello no desencadenó ninguna acción violenta por parte de las Farc,
tal vez por la misma sorpresa que el resultado generó.
EL NO, TAMPOCO ES EL FIN DEL MUNDO.
La reacción del Gobierno, de la
oposición y de las Farc, fue admirable en todo sentido. El efecto del NO, a
pesar de mostrar polarización va a favorecer a la unidad, porque en definitiva,
tendrán que sentarse a ponerse de acuerdo todos. Si hubiera ganado el SI,
Colombia enfrentaría una ejecución del acuerdo con gran oposición y los únicos
felices serían el Gobierno y las Farc.
La gran victoria que deja este
resultado, es que a pesar de que no exista un acuerdo refrendado, sigue el cese
bilateral de hostilidades, las Farc afianzaron su voluntad de paz, y todos,
Gobierno, Farc y opositores, buscaran una forma de llegar a un acuerdo, y por
eso, es que existe esperanza, nadie se ha muerto y seguimos en la lucha por
buscar una paz verdaderamente acordada.
El trabajo que se hizo para
negociar los acuerdos y redactarlos, no es una tarea perdida, al contrario, es
el insumo para revisar, repensar y hacer uno mejor.
Insisto, lo más importante de
todo lo que pasó, es que nadie se puso bravo y se paró de la mesa del diálogo y
se fue a pelear la guerra otra vez.
DE LA CARRERA, SOLO QUEDA EL CANSANCIO.
El Gobierno apresuró en este año
todo lo que tenía que ver con el acuerdo de paz, este era el año para cerrar
todos los acuerdos, para cerrar todos los tratos y obtener el único resultado
glorioso que se propuso el Presidente Santos.
De esta forma, se aceleró la
negociación, se aceleró la elaboración del acuerdo, se celebró antes de tiempo,
y como resultado se obtuvo: que se perdió el plebiscito por la paz. Se buscó
que en menos de un mes, el país
asimilara el contenido de los acuerdos de más de 200 páginas. Unos acuerdos que
contienen un cúmulo de concesiones a las Farc que no son fáciles de entender,
pero sí muy fáciles de tergiversar.
La carrera para celebrar un
acuerdo generó que se dieran muchas concesiones a las Farc que la gente no pudo
asimilar y que por tanto rechazó. Y la carrera por hacer refrendar los acuerdos
en el menor tiempo posible, con un tiempo de estudio menor a un mes, le pasaron
factura a todos los esfuerzos del Gobierno, a todos los esfuerzos de la
maquinaria política, a todo el grupo negociador y todos los partidarios del SI.
Hoy todos están cansados, y la
confianza se perdió, no hay un triunfo por qué celebrar, y aún no se ha llegado
a la meta.
EL VOTO VENCIÓ POR PRIMERA VEZ LA MAQUINARIA.
Sin lugar a dudas, la disparidad
entre la campaña del Gobierno hacia el SI, respecto de la campaña por el NO, era
más que evidente. La maquinaria y la mermelada se volcaron con fuerza a un
resultado arrasador por el SI, tanto que nunca se contempló que pudieran
perder.
Es la primera vez que se pudo ver
que la aparente minoría venciera a las mayorías, a pesar de existir una gran
polarización. Siempre la maquinaria, los medios de comunicación y las encuestas
definían anticipadamente los resultados de una votación.
Ayer 2 de Octubre de 2016 por
primera vez el voto popular derrotó a las encuestas, al Gobierno, a la
maquinaria, a la mermelada, a los noticieros y a los demás medios de
comunicación que ya pronosticaban el SI como vencedor.
Es una señal que todo debe
cambiar, y que Colombia no aguanta más manipulación, ni del Gobierno, ni de los
medios, ni de las encuestas, sobre todo cuando se rompe la confianza y se deja
la impresión de lo que se está haciendo huele mal.
¿QUIEN GANÓ?
Pienso que el pueblo se resistió
a un resultado que habían pronosticado ya todos los medios y las encuestas y
por eso, ganó la democracia.
Ganó la unidad, porque no se
impuso la visión del Gobierno y de las Farc de un acuerdo de paz. Ahora se debe
dialogar con los otros que no estaban de acuerdo con todo lo que se hizo.
Ganó la paz, porque no habrá paz
verdadera en un ambiente de oposición. La paz debe darse en el consenso y no en
polarización.
Ganó la paz, porque todas las
partes reafirmaron que querían la paz a pesar de las diferencias, y nadie se
paró de la mesa enojado, para seguir peleando en la guerra.
¿QUIEN PERDIÓ?
La arrogancia del Jefe de Estado
y la maquinaria política, perdieron su confianza y su afán de alcanzar todo a
cualquier precio.
Perdió la confianza de la
comunidad internacional en el proceso de paz de Colombia. La comunidad
internacional no va a entender fácilmente por qué en Colombia perdió un
plebiscito para buscar la paz. No se podrá comprender por qué SI queremos la
paz, pero que no en esas condiciones. Ni tampoco se podrá entender que el
plebiscito por la paz lo perdió el Gobierno por todos los errores que cometió.
Se perdió mucho tiempo trabajo y
recursos, porque se tendrá que volver a negociar el acuerdo, y la meta que ya
estaba cerca, hoy vuelve a retrasarse, no por culpa del pueblo colombiano, sino
de los errores que se cometieron al excederse en las concesiones, al querer
todo rápido, y al desestimar a la oposición.
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